EDITORIAL
Dijo Federico García Lorca que “la Soledad es la gran talladora del espíritu”.
Pues bien:
El sitio, espacio, lugar, comarca o como queramos llamar, a este solitario territorio natural bautizado con el nombre deParque Natural del Alto Tajo, nació mal, con mucha polémica entre las fuerzas políticas gobernantes, los distintos agentes y grupos sociales y con un ramplón regalo de bienvenida, otorgado, a regañadientes por parte de sus progenitores, La Junta de Comunidades de Castilla La Mancha:
Se trata de un PLANDEDESARROLLO SOSTENIBLE para la Comarca.
Nunca estuvo peor empleado el termino “Sostenible”, pues (con la debida licencia conceptual y contextual) en vez de “sostenerse”, “se cayó” antes de empezar a andar y jamás se levantó.
Pero ese abandono parental en la más estricta “Soledad”,“talla el espíritu” tal y como el poeta cantó.Talla, capaz de encajar, con estoicismo, la manipulación política encarnada en esos malos “Padres de la criatura”.
¡Mentira!, ¡cochina mentira!, miserable política esa que castiga al débil (débil por número, que no por inteligencia); ¿o acaso no fueron inteligentes, ellos y sus antepasados, para cuidar impecablemente, a través de generaciones, esa bella criatura, que merecidamente ha ganado estos atributos? ¿O acaso su inteligencia no les ha aconsejado poner a disposición de la colectividad su obra secular, para su uso y disfrute de esta y futuras generaciones, conscientes y actores de una necesaria solidaridad? Y ¿no se podría responder solidariamente con la misma generosidad, clase y honestidad política por parte de la Administración y aplicar, en la tierra que verdaderamente ha demostrado merecérselo, parte de las plusvalías generadas?.
Esta es la cuestión y lo demás es deshonestidad, por no decir pillaje político.
Hoy empezamos, desde la más absoluta independencia política o de otra indole a denunciar todo aquello que, desde la acción política, ose molestar a esta empobrecida, desértica y solitaria, pero solidaria, Tierra.
Denunciamos, por lo tanto, no haber puesto en marcha el citado, aunque ramplón, esperado PLAN DE DESARROLLO, en su día aprobado con el mismo rango de ley que la propia DECLARACION DE PARQUE NATURAL y si no se nos oye, haremos piña para recurrir a la justicia ordinaria y obtener lo que nos pertenece por ley y en contra de los que lo han impedido.
